Exposición de Ignacio Zabala en El Visor

Autorretratos con temas bíblicos,

en clave de ciencia ficción

Ignacio Zabala

14, 15 y 16 de Octubre del 2011 en EL VISOR

El orden de las pinturas es cronológico, según los escritos. Cada cuadro va seguido del texto correspondiente que lo acompañaba en la exposición y que ha sido escrito por el propio autor.

 

La ducha de un ángel

Oleo sobre lienzo

118 x 890m.

Como es bien sabido, estas criaturas estrambóticas y múltiples a varias escalas, geométricas, incólumnes, atemporales, invencibles y terroríficas, han sido creadas alguna vez, quizá a eones de luz, o antesdeayer, por el Padre Eterno, que es el único que se aburre siempre.

Y para entretenerse, en cuanto brota en su imaginación descabellada la chispa de una nueva criatura, fija las características de sus genes con una ducha fría o caliente y un colador de cocina según la época del año.

A los animales les dio los 5 sentidos y la salida a la vida de la matriz de una hembra o de huevos con albúmina y a los humanos la conciencia de poder moldear su esencia libre a su

propia cuenta y riesgo, que produce dictadores y rebeldes.

Este retrato de un efebo diácono de la Iglesia Militante, recibe por los tubos falópicos de las turbinas creativas de combinaciones temporales una ducha de sabiduría, etemidad y bondad, que concede las reglas y funciones de su título de

Ángel, Arcángel, Querubín, Serafín, Trono, Potestad o Dominación, controlada desde el diván del psicoanálisis por las hadas mal hechas de la Compasión y la Esperanza, para ayudarnos en las épocas oscuras en las que los temores y vicios desvanecen nuestra fe y caridad.

Los colores revueltos del cuadro expresan infinitas auras de posibilidades de existencias que a veces acaban en falsos ángeles diablos publicitarios, que pasan del interior hirviente de Dios a nuestros cerebros, como pensamientos indecisos e inventivos.

 

LA DUCHA DEL ÀNGEL

La ducha del Ángel

 

Adán, Eva y la serpiente en el árbol del Bien y del Mal.

Óleo sobre lienzo

118 x 89cm.

Adán y Eva vivían como dos monos lascivos en la tranquilidad del Jardín del Edén, entre el Tigris y el Eúfrates. Un parque zoológico protegido de especies animales en peligro de extinción por no reproducirse en su vida promiscua. Cuando la serpiente, haciendo el papel de diablo tentador, o quizá siéndolo, ofreció antes de tiempo a Eva la fruta prohibida, ésta se la dio a Adán, y ambos la mordieron quebrantando la prohibición de Dios de hincarla el diente hasta que la haga caer madura la espada del arcángel,en castigo por comer del Arbol del Bien y el Mal, que da el conocimiento de la desigualdad y produce la discordia por envidia, fueron expulsados a la inquietud autónoma inventiva de imperios catastróficos en constante progreso y decadencia.

¿Hasta cuando, cuando, cuandoo. . .?

En el cuadro se ve abajo a la derecha el pequeño jardín del Edén, más bien un huerto urbano, custodiado por dos querubines guardianes. En primer plano la sierpe pasa la manzana del árbol pintado a la izquierda, a la mona Eva, que se la ofrece a Adán en el centro, colgados boca abajo de las ramas de un enebro, porque aún no piensan, y no importa que se les agolpe la sangre en los cerebros. Un instante después, la pareja avergonzada saltó al suelo y se pusieron unas faldas con bolsillos para los instrumentos.

Dios solo es una voz que grita en off  ¡ADAN ADAN!

Adán, Eva y la serpiente en el árbol del Bien y del Mal

Adán, Eva y la serpiente en el árbol del Bien y del Mal

 

La torre de Babel

Oleo sobre lienzo

75 x 6 l cm.

El héroe hitita Gilgames enviado por Dios destruye el zigurat de Babel, abandonado por la confusión de lenguas que interrumpió la confusión dirigida por la serpiente para sorprender a Dios Eloim, que desde que creó a las criaturas mortales siempre está en vela para que no ayuden a Lucifer a robarle su eterna corona de tres picos, cuyas piedras van cayendo rotas al foso mezcladas con un gnomo capataz y diminutos personajes que ayudaban, mientras la Tortuga Central mantiene a raya a la indignada serpiente.

Los colores pesan como las pieras reales y espantosa la atmósfera verdosa.

La torre de Babel

La torre de Babel

 

El arca de Noe y el diluvio universal

Oleo sobre lienzo

96 x 133cm.

Noé era un anciano sabio cuando Dios se le apareció en forma de una nube con cuernos negros a decirle que estaba hasta las narices del orgullo humano, de sus piruetas de distinción y del arte de superioridad de los faraones que quieren construir altares para darle órdenes encerrado.

Para aprovechar la virtud de su familia debe seguir los planos suministrados por Ikea, la empresa vendedora, de un arca enorme de cedro del Líbano, en la que quepa una pareja de cada animal que pillen dormido o despierto, alado o terrestre, tropical, isleño, furioso o asustado, continental, siberiano o alpino, con sacos de comida especial para cada una.

Noé, en vez de seguir las órdenes anticuadas del bondadoso Ser Supremo, fabricó un platillo volante con varios discos dorados, engranados en una tracción poderosa, a imitación de los OVNIS o UFOS de los seres galácticos, que ya entonces bajaban de vez en cuando propulsados con alas de plumas de pavo real y cisne, a escoger alimentos maduros en sus

granjas terrestres para una caldereta. Sólo conservó la medida sagrada exacta de 40 codos de lado a lado, que permite vigilar inmóviles desde el aire el estado las aguas, más seguro que soltar la paloma con la ramita que trae en el pico, que se puede comer cualquier cuervo y no enterarse en meses de que han llegado al fin de trayecto.

En el cuadro el Diluvio Universal, se raya el Cielo con músicas amenazadoras wagnerianas que duplican el sol rojizo, símbolo de catástrofes. El piloto Noé concentrado en el manejo de manómetros, altímetros, barómetros, giroscopios y frenos a presión de su maquineta, vigila de reojo a sus numerosos huéspedes salvajes, encajados por todas partes. Dos grandes monos se agarran al borde para no perder los billetes para la segunda evolución a la nueva especie dominante, que tienen reservados hace siglos, para después del diluvio. Jafet se baña entre tiburones domesticados, en el área baja de protección de especies marinas, con peces y tortugas, de los que hace millones de siglos vino la primera evolución. Bajo él aparecen en fila los predecesores de los dibujos animados, otra especie triunfante en el mundo aparte de los cómics de fantasía. A los otros hijos y nueras se les distingue por las máscaras pintadas de blanco y amarillo como amuletos de la buena suerte.

El arca de Noé